sábado, 18 de marzo de 2017

Juan era maestro de reiki, vivió una terrible experiencia y hoy alerta del gran peligro que conlleva


Contó su testimonio de conversión en la Vigilia Asalto al Cielo

Juan era maestro de reiki, vivió una terrible experiencia y hoy alerta del gran peligro que conlleva

Juan Sánchez contó su experiencia como maestro de reiki y su conversión en la Vigilia de Asalto al Cielo
Juan era maestro de reiki, vivió una terrible experiencia y hoy alerta del gran peligro que conlleva


El reiki y la Nueva Era (New Age) están cada vez más extendidas en la sociedad por el bienestar físico y mental que producen pese a que cada vez son más los que alertan de que tras esto lo que de verdad ocurre es que se abre la puerta al demonio. Incluso entre los católicos es un gran problema pues estas técnicas se disfrazan de tal manera que se venden como algo bueno y son adoptadas por muchos fieles, también por consagrados. Y sus efectos son devastadores.

De esto sabe y mucho, Juan Sánchez, es maestro de reiki que durante años introdujo en estas y otras técnicas a más de 1.500 personas. Y mientras lo hacía, él creía ser católico, era catequista y participaba en la parroquia, aunque en realidad se había hecho una religión a su medida en la que él era su propio dios.

Finalmente pudo ver la verdadera cara del mal que se esconde tras el reiki y tuvo una verdadera conversión que le llevó a la Iglesia. Su testimonio lo contó en la Vigilia de Asalto al Cielo, que organiza el padre Álvaro Cárdenas en la parroquia de Colmenar de Arroyo (Madrid).

La New Age se vende como algo bueno...pero cuidado
A sus 59 años, Juan está ahora retirado de la Armada y llegó al reiki tras intentar curar unas dolencias que tenía y que le podían impedir seguir con su trabajo. Se inició en terapias naturales para lo que se hizo naturologo y llegó a abrir una consulta. Haciendo estos cursos, “empecé a escuchar cosas de la Nueva Era, técnicas que parecían maravillosas, y yo entonces era una esponja y comencé a interesarme por un sinfín de técnicas”.

Con la comunión de su hijo volvió a integrarse en la parroquia, de la que formalmente no se separaría aunque en la realidad fuera un alejado. Fue en ese momento cuando descubrió el reiki por casualidad. Juan recuerda que “me impactó, lo presentaron como algo tan bonito…podía sanar a la gente, era fantástico para mis consultas y encima podía beneficiarme. Me lo presentaron como algo esotérico y ahí debí sospechar pero era como los fanáticos y yo lo veía como algo estupendo”.



Fuerzas que vienen del demonio
Así fue como accedió al primer nivel del reiki. “Había contactado con un maestro de reiki en Torre Pacheco (Murcia), allí me convertí en médium pues cuando accedemos a muchas de estas terapias estamos llamando a fuerzas que no vienen de Dios”.

Para explicar a los presentes en qué consiste el reiki, Juan Sánchez dijo que es una “canalización de energía por imposición de manos” pero no como la que realiza un sacerdote. “Se llama a una energía que nadie conoce su procedencia, bueno sí se sabe, pero no se quiere conocer. Viene del diablo”, contaba.

Y es que por experiencia propia puede decir que mediante el reiki se “producen curaciones que luego pasan facturas muy grandes. El reiki se divide en varios niveles. El primero a es nivel físico, hace falta que esté la persona presente para hacerle ese esoterismo. Se me enseñó un símbolo que es abrir la puerta al diablo para hacer una llamada de energía que no viene de Dios”.

Del primer nivel a la maestría
De ahí pasó a un segundo nivel. “Nos representaban a los guías reiki como ángeles de la guarda pero no eran más que demonios a los que estaba invocando”, alertaba Juan. En este nivel, ya no hace falta que esté la persona delante para que se le pueda aplicar esta “energía”. Y los símbolos que le enseñaron eran dos, uno que entra dentro de la mente de la persona, también a distancia pero también en el pasado y el futuro.

El demonio, recuerda le iba engañando a través de estas prácticas, pues “las terapias eran mucho más efectivas cuando practicaba reiki” y pasó a formar parte de su vida diaria mientras él seguía acudiendo a la parroquia.

Pero necesitaba más y buscó llegar al máximo nivel, la maestría. “Estaba dispuesto a pagar hasta un millón de pesetas (hablamos de 1999) para lograr la maestría”.

Estando de vacaciones unos amigos le hablaron de un maestro de reiki y contactó con él para que le diera la maestría. Y finalmente lo consiguió. “Ya era jefe de los médium y yo podía iniciar a otros a ser uno. Había entregado toda mi vida al demonio aunque él ponía todo muy bonito”, contaba a los presentes en la parroquia de Colmenar de Arroyo.

Llegó a iniciar a monjas y curas
Siendo ya maestro empezó a impartir cursos gratis. Primero una tarde a la semana y después varios días. Hasta 1.500 personas llegó a iniciar durante sus años como maestro. Hasta escribió un libro. Y recordaba que mientras hacía esto era catequista, daba cursillos prematrimoniales e incluso estudiaba Teología.

Con ello quería alertar a los católicos ante estas prácticas que muchas veces se presentan como algo bueno. “Llegué a iniciar a varias consagradas e incluso consagrados. Una de estas consagradas llegó a la maestría de reiki”, contaba Juan, que dijo que aún hoy esta religiosa sigue defendiendo sus bondades pese a que le explicó su conversión y los males del reiki.



Uno de los 'ganchos' del reiki es la gente que acude buscando un "bienestar físico"

Sin embargo, en la parroquia intentaban disuadirle de lo que hacía. Un diácono amigo suyo le entregó un documento de los obispos de Estados Unidos sobre el reiki, aunque “mi contestación fue que los obispos estaban equivocados”. Y un sacerdote le insistía una y otra vez que lo dejara. Ese cura es hoy su párroco y su director espiritual.

El día que vio al demonio haciendo reiki
Juan contó a los presentes una “anécdota” sobre el peligro del reiki y que también le hizo reflexionar sobre si debía seguir practicándolo. Esto es lo que ocurrió:

“Estaba haciendo una sesión de reiki a la señora. Ella quería solo que le hiciera reiki. Aquella persona se transformó, le empezaron a dar espasmos bestiales y mientras yo no sabía qué hacer. Su cara se transformó, era una cara diabólica. Si habéis visto la película de El Exorcista, pues la cara que vi en la habitación de mi casa en esa señora era peor”.

Dos minutos después esta mujer se calmó y finalizaron la sesión pero ella no se acordaba absolutamente de nada de lo que le había ocurrido. “Después de dejar el reiki comprendí esto, que si no había sido una posesión era una influencian demoníaca”, confesaba Juan en Asalto al Cielo.

Un retiro espiritual que le cambió la vida
Tras las insistencias del sacerdote, Juan acudió a un retiro espiritual para aclarar un poco su mente. Y su vida cambió a partir de ese momento. Durante aquel fin de semana se pasó la mayor parte del tiempo delante del Sagrario. Las Escrituras le hablaban de su realidad. “En ese momento Dios tocó la puerta de mi corazón de una manera tremenda. Empezó a convertir mi corazón de piedra, primero en arena hasta el que el sábado me dio la puntilla. Tienes que dejarlo, sentí. Aquella noche confesé delante de todos mi decisión de dejar el reiki”.


Antes de empezar su testimonio, Juan pidió al padre Álvaro Cárdenas que le impusiera las manos, una imposición completamente diferente a las que se hacen en el reiki

La carta con la que dejaba de enseñar reiki
Al llegar a casa el domingo escribió una carta a todos sus clientes anunciándoles que dejaba el reiki y avisando a los católicos de los peligros que entrañaba. Muchos no le comprendieron e incluso le criticaron.

“A partir de ahí comencé una vida de oración para salir de este siniestro mundo y ahora estoy muy feliz”, afirmaba Juan Sánchez.

Su conversión y la de una de sus alumnas
Después ingresó en la Renovación Carismática y también ha acudido a uno de los Retiros de Emaús y desde entonces, recordaba, “mi vida ha cambiado mucho”. La oración y el rezo del Rosario le ayudaron a salir de la New Age. Y ahora tiene un blog en el que alerta sobre lo que se esconde tras el reiki.

Para concluir, Juan dio gracias a Dios porque una de sus alumnas al leer su carta en la que dejaba el reiki tuvo un tiempo de reflexión. Al final lo dejó y al escuchar una de sus conferencias dejó también el yoga. “Con la ayuda de un sacerdote comenzó un camino de conversión y hoy tiene una vida de profunda fe”.

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